lunes, 29 de marzo de 2010

Windsor for the Derby…The Melody of a Fallen Tree




Mi gusto friki por la historia me ha hecho prejuicioso frente a pueblos y lugares, a veces peyorativo, a veces glorificador. Y la historia misma se ha encargado, como es lógico, de ponerme en mi sitio, al dejarme en ridículo, o, con el disfrute placentero de encontrar lo inesperado.

Austin, Texas, no obstante es la moderna, rica y cosmopolita capital estatal, por terco y bruto, la relaciono con el típico paisaje sureño lleno de sujetos campiranos, cristianos radicales y vaqueros decimonónicos armados con sus mata patos. Pues bien, ahí está Windsor for the Derby, banda exquisita hija de la desértica y calurosa Texas y de la mañé Tampa (de nuevo el prejuicio) que por su frio y sólido sonido ubiqué en principio en las nieves perpetuas nórdicas.


Superado el fiasco de mi descalificativo geográfico digno de politólogo primiparo, me entrego a la melodiosa composición de este cuarteto estadounidense con su sonido alternativo, adjetivado con el molesto epígrafe de post rock. La descripción del contemporáneo rock experimental con agregados electrónicos, sonidos sintetizados y composiciones blandas, no sucias y ácidas como el noise rock, no puede entenderse como una superación del rock puro, al contrario, es un reacomodo, a veces incluso en retroceso, cíclico. La categoría de post rock peca por pretensiosa, induce a error. Es de agradecer el intento de Simon Reynolds por adjetivar un subgénero underground que no cabe dentro de los desgastados grunge o alternative rock, pero la palabra elegida no es la adecuada para reunir propuestas tan distantes como Stereolab con Akira, o la citada Windsor for the Derby. Es comprensible la necesidad de la industria por clasificar bandas y sonidos que después de los 90s brotan y se conocen producto de la conexión global y su intercambio masivo de información, pero el describir toda esta exuberancia de ideas como lo post es engañoso en la medida en que no se supera el rock, al contrario, es una innovación propia de la misma naturaleza del rock and roll puro, que siempre aceptó el cambio y la variedad.


Yo me aventuro y propongo mi propia clasificación, en función de lo sensible, y la defino como una banda con sonidos “dulces”. Desde el “Calm Hades Float” hasta el “How We Lost” el conjunto norteamericano se ha caracterizado por sus voces pausadas, suaves, inclusión de panderos, maracas y xilófonos, con una cortina en el fondo que cumple un papel de simple ambientación, sublime, solemne. Produce lo que los metafísicos en su relato definen como un desdoblamiento: sacar el espíritu del cuerpo y ubicarlo en el escenario deseado, en el lugar feliz que el psicoanalista induce a que los niños construyan en su mente para refugiarse en él cada que no resistan la insoportable realidad de un mundo en ocasiones enfermo y triste que algunos adultos inmaduros aun visitamos para revisar que los muebles estén en su sitio.


Esa sensación de vuelo, de un escape, de una huida fugaz hacia lo bello la transmite como ninguna “The Melody of a Fallen Tree”, obra maestra elegida con genialidad por Sophia Copolla como telón de fondo para la que es a mi juicio la escena más lograda de su película “Marie Antoinette”, la impúber princesa austriaca en tránsito por los bosques suizos para la entrega a su prometido Luis XVI, es recibida y engalanada a la usanza francesa, emerge de la tienda (por el lado francés de la frontera) y se prepara en medio del asombro para ser presentada a la pomposa corte de Luis XV mientras el autista Luis XVI denota su habitual parsimonia.


Las notas de fondo transportan de inmediato al público a la tranquilidad y armonía del cuadro. Sophia, quien se ha acreditado por su fino gusto musical (demostrado en los soundtracks de “The Virgin Suicides” y “Lost in Translation”) premia a esta agrupación al otorgarle un papel de lujo en su banda sonora.


Melody of a Fallen Tree. Sus acordes son por completo emotivos. El video adjunto en el encabezado, producido por “Maurowalrus” expresa un sentir, compartido por quien escribe, de alegría, de gozo ante unas notas conjugadas con destreza, que combinadas con la tierna niña que danza con sus ojos cerrados al compás de la melodía nos muestran lo sublime que puede ser la existencia, que es posible dejar escapar la mente a otras realidades. Una canción que posiblemente oiría Platón mientras describe su concepto, inmanente o no, de alma.


Santiago

3 comentarios:

Diana Lunareja dijo...

Estoy de acuerdo frente al problema de la definición de la banda. Eso de Post Rock no solo es arrogante, sino también poco claro. En verdad que si en mi mente existe un abstracto referente del Post Rock, no se parece a Windsor for the Derby, ni a nada actual, me hace pensar mas bien en un futuro terrorífico y lejano, como en el mundo de Aeon Flux o algo así.
Considero que aunque para la industria y algunos melómanos meticulosos sea necesario un género para identificar un grupo o una corriente, hemos llegado a un momento histórico donde son tantas las influencias y posibilidades instrumentales y de producción en una banda, que podría pertenecer a mas de un género a la vez. Igual sucede actualmente con las artes plásticas y con la literatura. Definir en 2 o 3 palabras resulta arrogante e incompleto, ignora totalmente los matices de cada nueva creación. En cambio me identifico mas con el sistema usado ya por muchas emisoras virtuales, de mostrarte una canción y además decirte que otras bandas podrían gustarte si te agrada ese sonido, que otras canciones son similares en ritmo o en feeling, que otros álbumes guardan la misma energía...por comparaciones intuitivas realizadas por los mismo oyentes. Deja de ser una definición descriptible con una palabra o dos, pero funciona mejor, porque son los mismos oyentes los que comienzan a conectar la red musical que define invisiblemente lo que llamamos un "género".

The dirt on your mind dijo...

Muy bien dicho....yo veo el post rock como la música del futuro apestoso tipo Mad Max

Unknown dijo...

Ahhhh, te luciste.... Completamente de acuerdo. Eso del post es un embeleco, una trampa.... muy bueno.... vamos bien....

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